lunes, 20 de enero de 2014

De la Sanidad pública y del concierto con entidades privadas.

Que la Sanidad pública está en peligro no le extraña ya a nadie. Quizá sea por los intereses económicos que hay en juego o por el tremendo "coste" que tiene una Seguridad Social endeudada e insostenible, dependiendo de lo que uno quiera creer.

Desde el Movimiento Nacional defendemos la Sanidad "gratuita", entre comillas, porque nunca lo  ha sido, pero sí por el mero hecho de que no se precise un seguro o sea necesario pasar por caja después de ser asistido, euro por receta y similares artimañas. 

Sobre todas las cosas, la calidad debe ser signo de distinción, hecha para los que son de aquí, residan y sobre todo paguen sus impuestos, sin distinción de las ya conocidas diferencias sociales de sexo, religión, ideología, orientación y similares. 

Dentro del Movimiento Nacional, creemos que los principios que deben regir nuestra Sanidad son los de universalidad, simplicidad, eficiencia, eficacia, rapidez y cercanía al paciente. Todo esfuerzo debe emplearse en suprimir de facto todo trámite burocrático, dejando sólo aquel imprescindible, apostando por los trámites informáticos a través del DNI electrónico. 

La herramienta del DNI debe servir para solicitar consultas ordinarias, extraer historial médico, tramitar altas y bajas de beneficiarios y cualesquiera otra gestión de la forma más rápidamente posible y sin ningún tipo de burocracia lenta y aburrida, con sobrecoste añadido para la administración y el ciudadano, que creará un sistema eficiente.

La eficacia debe ser la razón de ser, buscar las soluciones más beneficiosas para los pacientes en el menor plazo de tiempo. A día de hoy, salvando las distancias con las eternas listas de espera, tenemos bastante camino recorrido en otros aspectos.

Es por ello que la rapidez en los procedimientos es uno de los proyectos más ambiciosos que un Estado debe asumir, más incluso cuando hablamos de Sanidad. Para, por último, llegar al paciente y a sus familiares que deben entender la enfermedad de su familiar y amigo.

Del concierto con entidades privadas.


En nuestro afán por conseguir un mecanismo mucho más sencillo de nuestra Sanidad, creemos que las especialidades deben ser llevadas a cabo a través de concierto privado y, en base a esos, estipular precios todos los años con el que la Seguridad Social elimine costes y aumente efectividad.

Quizá si destinamos cardiólogos de la Sanidad pública, por ejemplo, a operaciones en vez de a consultas, tengamos menor lista de espera en cardiología y asimilados. Y así con todas las especialidades.

Por ello, se hace imprescindible crear una base de datos común para todos los facultativos, y qué mejor y más barata manera que el anteriormente citado DNI, donde ese especialista puede conocer todo el historial médico del paciente, las últimas consultas, bajas médicas y las más recientes pruebas.

Todo ello, sin coste alguno para el ciudadano. Es decir, que eso del copago sanitario, el euro por receta y cualquier otra pantomima, debe terminarse. El dinero debe sacarse de los contribuyentes y de los parados con prestación, de los extranjeros que opten por venir a operarse aquí, de los inmigrantes con papeles, y del recorte total y absoluto de cenas, coches oficiales, ipads por sistema para diputados y todo tipo de tontería al respecto, que poco a poco es un goteo constante que implica asistencia dental de un niño o tratamiento oncológico de una mujer con tumor en el pecho, desde lo más sencillo a lo más complejo... el dinero está hay, solo hay que redistribuirlo mejor y dejarse de inventar cuentos de abuela para justificar lo más vergonzoso.

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