lunes, 18 de octubre de 2010

El Ejército.

Nuestro Ejército.
El Ejército es baluarte de la defensa de la Nación, lo que no implica tener unas fuerzas armadas prácticamente esclavizadas y con una formación que ronda la precariedad. Bajo la opinión del Movimiento Nacional, nuestro ejército debe ser mucho menos numeroso, si con ello, conseguimos que los pocos que tengan la suerte de formar parte de la defensa de la Patria, sean hombres y mujeres muy bien instruidos y, si cabe, la envidia de todos los países del mundo.

No se trata de gastar dinero ingente en nuevo armamento, para que una sarta de haraganes pulse un botón. Nuestro ejército siempre tuvo un ingrediente fundamental y no fueron los medios quienes ayudaron en tan grandiosa Empresa, sino la milicia; Aquellas personas que con un sueldo precario y una actitud decidida contribuyeron en grado sumo a derrotar a los enemigos de España.


Principios tan esenciales como tradicionales seguirán vigentes, así la tenacidad, resistencia, abnegación, rigor de la disciplina, disposición combativa, audacia, valor, coraje o desprecio a la muerte serán parte de esos principios, dignos herederos de esas personas que comentábamos, de las que recibimos un legado y, el cual hemos de conservar.

Tener tales conceptos en vigor no implica precariedad de instalaciones y bienestares. El más alto exponente de servicio a la Patria no debe ser objeto de discriminación. Hay que encontrar la síntesis entre las comodidades y el sacrificio. El ejemplo más claro lo tenemos en el cofundador de la Legión, nuestro eterno Caudillo Don Francisco Franco quien en su etapa de legionario dotó de todo lo necesario y deseable a sus soldados, quienes luego les apremiarían con un arrojo en el campo de batalla que les hizo merecedores del lema “Legionarios a luchar, legionarios a morir”, pareja inseparable de la muerte como una de sus canciones recita.

Servicio público.

Las Fuerzas Armadas no solo son gasto en pro de nuestra defensa Nacional, sino que, ellos mismos pueden realizar servicios públicos a todos los españoles/as.

Por ello, si cualquier ciudadano desea el servicio especializado de un militar electricista o mecánico, pueda solicitar y disfrutar de éstos. Por consiguiente, los ingresos que proporcionen estos servicios ayuden al mantenimiento y actualización de esta institución, pilar básico de nuestra Nación.

También es necesario una Institución que salga de sus acuartelamientos para que los desastres naturales sean solo lo que son y no un suceso que marque durante años las vidas de las personas. Personas que auxilien y salven todo aquello que sea posible, que la respuesta a un cataclismo no sea una subvención. Que el factor humano esté allí.

Otro de los servicios que nuestras Fuerzas Armadas están prestando, corresponde al desarrollo de naciones que siguen siendo expropiadas, día a día, por naciones capitalistas y mermadas por extremismos internos. Campañas a favor del desarrollo de naciones que algún día tuvieron algo en común con la sociedad española nos reportará beneficios económicos y prestigio internacional. Eso sí, misiones en el extranjero financiadas exclusivamente por los organismos que las constituyan, sin poner en peligro nuestra financiación nacional.

Por último, suprimir desplazamiento inútiles para absurdas maniobras que solo sirve para gastar betún y balas. Se necesita práctica para acciones belicosas, pero éstas se pueden desarrollar con modos y formas mucho más rentables para el Estado.

Cuatro puntos que hemos considerado como fundamentales de unas Fuerzas Armadas humanas y como ingredientes de un servicio esencial.

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